A falta de medalla, su logro supone una alegría. Y no es un mérito cualquiera. Tiene un gran significado, pues es uno de los mayores reconocimientos que puedan hacerle. El caso es que Antonio Conde se convierte en protagonista cordobés de los Juegos Olímpicos. Sucede con su designación como árbitro principal de la final del torneo de baloncesto en París 2024. La lucha por el oro, por cierto
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