Una de las competiciones que ya se ha despedido en esta temporada 2021-22 es la División de Honor Plata Femenina, que en esta edición contó en su Grupo D por primera vez en la historia con dos representantes cordobeses. El mejor de ellos fue el Itea Córdoba, denominación comercial de Adesal, pero su cuarto puesto final le dejará en una categoría que el año próximo, si todo se confirma tal y como está establecido, quedará en un escalón inferior a la División de Honor Oro, de nueva creación, y dos con respecto a la Liga Guerreras Iberdrola, la máxima categoría.
Rafa Moreno, técnico del equipo, habló de «tristeza y sensación rara» en su balance final de temporada para Cordobadeporte. «Igual que en su día ascendimos a División de Honor de manera extraña, con la pandemia de por medio y demás, este año nuestra participación ha sido rarísima. En noviembre estábamos primeras, pero el parón pensando en el Mundial de Ciris y la vuelta de las jugadoras extranjeras a su país por el tema del visado, siempre hay que solicitar el ESTA USA, que nos dejaron dos meses con una baja calidad de entrenamiento. Y tras pasar el Mundial nos encontramos con la lesión de Ciris y la marcha de dos o tres jugadoras, bien por no estar contentas o por esa laguna en jugadoras amateur, que hizo perder la fortaleza al equipo», comenzó relatando.
Los problemas iniciales
Incluso, el técnico afirmó que «bastante bien se ha acabado para el jaleo que supuso jugar un par de partidos incluso sin porteras». «De nuevo acabamos en la frontera del premio, pero en una situación muy desagradable», admitió.
Aspectos positivos
Preguntado por las cuestiones a rescatar y otras para olvidar, indica que «lo más positivo es que se acertó apostando por gente de casa y un par de fichajes de fuera, con lo que se dio un nivel en la primera vuelta francamente bueno». «Una vez que nos quedamos en cuadro las chicas de casa tuvieron que tirar fuerte y su rendimiento fue lo más satisfactorio. Lucía Vacas, Ángela Ruiz o Irene están consagradas y con su sitio hecho y eso da bastante alegría«, añadió. Pero también hubo «caos» en algún momento: «Entrenamientos con pocas jugadoras, la desilusión de que apuestes por gente y se vayan a otro equipo a mitad de temporada, todo bastante feo».
En cuanto a la liga, la vio «bonita», en la que arriba «se coló el equipo más regular, incluso para ser campeón, como Pozuelo». «De equipos muy potentes como Bolaños, Antequera o Urci Almería sólo nos superó el primero. Hicimos muy buen juego y con todas las circunstancias fuimos el equipo máximo goleador. A mí me gustó cómo lo hizo el equipo, pero es una pena no haber tenido un nivel homogéneo toda la temporada», defendió.
Mirando al futuro, se avecinan momentos de duda ante la reestructuración del balonmano femenino. «Todavía no se sabe si estamos en segunda o tercera categoría, porque está en el horno aún esa reestructuración y faltan los detalles. La Plata era la segunda, pero tal y como estaba planteada podía ser tercera, algo parecido a lo del Córdoba de fútbol».
«Está por ver, pero pase lo que pase la única receta para Adesal es la de los últimos 10 años: buscar recursos, pedir subvenciones, tirar de la gente del barrio y algún refuerzo de fuera. No hay un sentimiento de querer tirar la toalla, porque hay calidad de sobra para con esfuerzo y dando con la tecla para volver a ascender. Si somos optimistas y con un poco de suerte el equipo volverá a estar en la élite en dos o tres años».
Su futuro
Por último, Moreno responde por el apartado más personal. «Ha sido un año horrible. Ya nos gustaría tener las cosas más cuadradas e imagino que las fuerzas volverán en cuanto se cuadren. Pero al tener que dedicar la mente a tantos campos, ahora mismo estoy más en temas de despachos, reestructuración, club y Federación más que en lo deportivo. Cuando llegue el momento el deseo es tener todo colocado para el esfuerzo pueda centrarse en lo deportivo y en jugar en la máxima categoría en el menor tiempo posible».