Los efectos del cambio climático están cambiando nuestra sociedad. Las elevadas emisiones de dióxido de carbono (CO2), la contaminación y las temperaturas máximas alcanzadas han convertido en una urgencia luchar contra el cambio climático y mitigar el impacto que ya está generando en forma de fenómenos meteorológicos extremos. A la hora de actuar, la industria del transporte se ha convertido en una de las más importantes sobre las que intervenir. No en vano, el tráfico por carretera genera alrededor del 27% de todas las emisiones en España, según los datos del Ministerio de Transición Ecológica.
En este contexto, la apuesta por la movilidad eléctrica está ganando terreno. Cada vez es más frecuente ver en las calles de las ciudades nuevos medios de transporte que son más sostenibles como los coches eléctricos, los patinetes eléctricos, los subways y las bicicletas eléctricas.
El auge de las bicicletas eléctricas en Córdoba y en España
Dentro de estos medios de transporte, las bicicletas eléctricas se han convertido en los últimos años en uno de los activos más solicitados por los consumidores. Sobre todo después de los primeros confinamientos registrados por la Covid-19, hubo provincias, como Córdoba, en las que la ventas de estos vehículos se llegaron a triplicar. En 2022 se vendieron más de 100.000 bicicletas eléctricas en España, lo que supuso un aumento del 20% respecto al año anterior.
¿A qué se debe este auge en las ventas? ¿Se han consolidado o van a la baja? Los datos demuestran que la venta de e-bikes sigue creciendo de forma sostenida. Entre los motivos destaca que los usuarios son más responsables en temas relacionados con la sostenibilidad y las emisiones de CO2. Pero no es el único. También hay un mayor compromiso por hacer ejercicio y mantenerse en forma, ahorrar dinero en transporte y mejorar su salud mental.
A ello, además, también se han sumado las diferentes iniciativas lanzadas desde la administración pública (ya sea entidades locales, regionales o nacionales) en las que han subvencionado la compra de estos vehículos con ayudas directas, lo que ha reducido mucho el precio y facilita la adquisición de estos vehículos que son más caros que las bicis tradicionales.
Esta ayuda ha sido uno de los principales detonantes que han decantado la balanza hacia la idoneidad de comprarse una bicicleta eléctrica en España. A ella hay que sumar, además, otros beneficios como por ejemplo la adecuación que los gestores locales están haciendo de sus ciudades con la incorporación de carriles bici y el cierre del tráfico rodado en las zonas centrales.
Estas mejoras inciden directamente en un ahorro de tiempo y dinero a la hora de desplazarse por las ciudades. Evitar el tráfico, el estacionamiento caro y los gastos de combustibles son algunos de los motivos que respaldan el auge de las ventas eléctricas en España. De hecho, estos beneficios compensan algunas desventajas que, a priori, podrían tener las e-bikes como, por ejemplo, el coste inicial (más elevado) y la autonomía de las baterías.
Apostar por la seguridad con las bicis eléctricas
Algo relevante cuando se compra una e-bike es valorar la opción de hacerse un seguro para tus salidas en bici, ya sea para un uso habitual o para un uso esporádico. Al respecto, tener una protección específica para ellas genera ventajas de gran interés para los ciclistas, ya que las compañías ya ofrecen una amplia gama de soluciones adaptadas a todo tipo de usuarios.
Así, por ejemplo, los dueños de bicicletas eléctricas que la usan a diario en la ciudad puedan optar por pólizas que cubren casos de robo o pérdida, ya que también se han incrementado los hurtos de este tipo de vehículos en los últimos meses. Debido al mayor precio de las e-bikes, los propietarios deben contemplar esta opción para optimizar su inversión y reducir riesgos.
Al mismo tiempo, también es conveniente contar un seguro en caso de accidentes con bicicleta eléctrica, ya que las pólizas cubren los gastos médicos y los daños materiales. Este tipo puede ser interesante tanto para los que la usan en ciudad como para los que hacen deporte en la montaña o en la carretera. De hecho, muchas pólizas de bicicletas eléctricas incluyen asistencia en caso de averías o problemas técnicos.
A la hora de hacerse un seguro hay que valorar aspectos como el uso que le damos pero también otros como el valor de la bici y la frecuencia de uso. Si la bicicleta eléctrica se utiliza a diario para ir al trabajo o para trayectos largos, el seguro puede ser una opción muy valiosa para proteger la inversión.
