Visto y no visto, o mejor dicho lo segundo. Alain Oyarzun dejó este lunes de ser futbolista del Córdoba CF, el último día del mercado invernal. Casualmente llegó el día final de la anterior ventana de fichajes, cuando, cinco años después, retornaba a la Segunda B en busca de relanzar su carrera, pero ni por esas fue capaz de poner en valor la calidad que atesora en su pierna izquierda. Esta vez no fueron sus reiteradas lesiones musculares, que le respetaron como blanquiverde, sino la frialdad y la falta de competitividad la que dieron lugar a su salida. Se podrá alegar falta de adaptación, pero la realidad dice que el futbolista no apareció, ya que su rendimiento fue escaso, prácticamente nulo.
En liga acumuló nueve partidos, seis de ellos como titular pero ninguno completo, para sumar 433 minutos, en los que no generó ninguna asistencia de gol, a diferencia por ejemplo del también discutido Moutinho -que se lo pregunten a Willy-. Alain no hizo ningún gol y vio una tarjeta amarilla. En Copa su bagaje no fue mucho mejor, pese a participar en los tres partidos disputados por el Córdoba CF, en dos de ellos como titular, pero igualmente no completó ninguno, para sumar en el global 122 minutos, los últimos ante su Real Sociedad.
ℹ️ COMUNICADO OFICIAL || Alain Oyarzun deja de pertenecer al #CórdobaCF. https://t.co/A2YrFhnhXo pic.twitter.com/2O23Tfu3Np
— Córdoba CF (@CordobaCF_ofi) February 1, 2021
Su última comparecencia y como titular fue en la debacle frente al Yeclano, mientras que el sábado pasado se quedaba fuera de la lista de expedicionarios a Murcia, una señal premonitoria de lo que vendría a ocurrir este lunes. El Córdoba CF viajó sin cubrir los veinte futbolistas permitidos y el irundarra era descartado técnicamente, no por lesión.
El día de su presentación, allá por el 8 de octubre, afirmó que confiaba “estar a la altura de este gran club”, algo que no cumplió, de ahí su marcha por la puerta de atrás. En ese mismo acto, el director deportivo blanquiverde, Juanito, comentó que “suspirábamos mucho por él”. A buen seguro hoy en la secretaría cordobesista se respira alivio tras desprenderse de un tipo de jugadores a los que se les suele calificar como ‘ex-futbolistas’, cuando a una corta edad – tiene 27 años- dejan de rendir y viven de su calidad pasada. Con razón había vuelto a la Segunda B, donde podría seguir en el Lleida Esportiu, segundo clasificado del Subgrupo 3A, si no tiene que buscar una aventura en el extranjero.